Dónde Se Alojan Nuestros Recuerdos?

Recuerdos

Recuerdos

El hipocampo es el encargado de llevar la información que se encuentra en la memoria de corto plazo (aquella que alberga la huella de los sucesos recientes) a la corteza cerebral, donde finalmente se almacenan los recuerdos.

No solemos tener recuerdos de algo anterior a los 3 ó 4 años y, probablemente, tampoco recordemos sucesos anteriores a los 6 años.

Freud comenta que lo que sucede es que “reprimimos estos recuerdos, pues son problemáticos”.

Los psicólogos intentan estudiar esto, mediante estudios en laboratorio y estudios en la vida real.

¿Cómo recordamos?

La memoria funciona con cuatro puntos básicos:

  • Percibir

  • Introducirlo en la memoria

  • Retenerlo

  • Encontrarlo para utilizarlo

Con relación a la percepción, ésta puede ser involuntaria o puede ser producto de un esfuerzo deliberado por prestar atención a la información.

El segundo paso es codificaraquello que se desea recordar. Esto implica un proceso de codificación de la información con la intención de retenerlo en la memoria.

El último punto es recuperar la información. Aquí es importante la forma en que nosotros hayamos almacenado la información.

¿Qué es lo que recordamos? (Factores que afectan al recuerdo)

  • Recordamos mejor lo primero y lo último que hemos aprendido

  • Recordamos mejor lo raro

  • Recordamos mejor lo que aprendemos en un estado de ánimo similar.

Vinculamos un determinado tipo de pensamiento a un estado de ánimo determinado. Parece pues, que asociamos una emoción particular con una idea o hecho concreto, y uno de ellos no lleva a recordar la otra.

  • Recordamos mejor aquello relacionado con sucesos especialmente significativos. No sólo hecho de carácter social, sino también los hechos personales. Esto de denomina “memoria vivida”. Frente a los que creen que el recuerdo está fijado en el momento del suceso, Neisser cree que la gente relata muchas veces la descripción de estos sucesos, y que la “fotografía” se ha realizado posteriormente, dado el significado que adquiere el acontecimiento en la mente de la persona después del suceso. Neisser opina que los recuerdos sobre hechos de interés público sirven para situar nuestra vida en el transcurso de la historia.

Recordamos llenando los huecos. Este procedimiento nos ayuda a rellenar recuerdos vagos pero también nos lleva muchas veces a recuerdos inexistentes, pos nuestra pretensión de dar coherencia a nuestros recuerdos. Esto nos sugiere que los recuerdos se forman a través de dos tipos de información:

  • Percepción del hecho original

  • Recuerdos introducidos por nosotros posteriormente

¿Son permanentes los recuerdos?

  • Todo lo que aprendemos está permanentemente almacenado en la mente aunque hay detalles que no son fácilmente accesibles. Podemos acceder a ellas a través de la hipnosis o de otras técnicas.

  • Algunos detalles de los que aprendemos se pierden para siempre y no es posible recuperarlos ya que no están.

¿Cómo almacenamos los recuerdos en el cerebro?

Hubo un psicólogo que supuso que las bases fisiológicas eran diferentes en la memoria a corto plazo y en la memoria a largo plazo. Parece ser que las investigaciones posteriores dan la razón a esta suposición.

Parece ser que para la memoria a corto plazo hay un circuito de memoria denominado “circuito reverberante” que se dispara produciendo un trozo inestable de memoria que no causa cambios en la estructura física del cerebro. Pero el material tiene que acabar pasando a la memoria a largo plazo, y ésta sí requiere un cambio físico en el cerebro. Este cambio comprende el surgimiento de nuevas conexiones neuronales.

En cuanto a la memoria a largo plazo, se dan cambios en la estructura del cerebro. Incluso se produce la aparición de nuevas espinas dendríticas en las neuronas. El número de estas espinas tiene una alta correlación con el nivel de inteligencia. También se sabe que el número de espinas se incrementa mediante las experiencias de aprendizaje del individuo.

¿Cómo ocurren los cambios físicos en el cerebro?

Los cambios bioquímicos que parecen estar más relacionados con la memoria con los cambios en el ácido ribonucleico (ARN).

Las moléculas de éste son fundamentales en la elaboración de las proteínas, y éstas son necesarias para la formación de todas las células.

Se producen cambios “cuali y cuanti” en el ARN de las células como resultado de la experiencia.

¿Dónde se almacenan los recuerdos en el cerebro?

Los estudios dicen que son partes del sistema límbico las que están relacionadas con todos los procesos de memorización.

Toda la memoria a largo plazo está en el hipocampo. El problema es el traslado de la memoria a corto plazo a la memoria a largo plazo, cuando no se tiene hipocampo pero las habilidades aprendidas después no se olvidan.

Otros estudios dicen que son el hipocampo y las amígdalas los responsables de la pérdida de memoria.

Experimentos con animales a los que se les aplicaba una descarga eléctrica parecen indicar que los glóbulos temporales también estaban relacionados.

Básicamente, el neocórtex le pide al hipocampo que reproduzca situaciones que contengan una determinada imagen, lugar o sonido . El neocórtex trata de darle sentido a lo que ocurre en el hipocampo y de construir modelos del mundo para comprender cómo y por qué pasan las cosas. Quizás, esos modelos se usen para guiar el comportamiento. Son capaces de producir expectativas sobre el mundo y, si es necesario, llenar vacíos en la memoria.

RC

RC

Freud nos ha enseñado que con hacer consciente lo inconsciente no logramos superar el trauma psíquico. Hoy, un siglo después, se intenta borrar el trauma en una suerte de borramiento de la borradura subjetiva.

Extraña obsesión aquella que busca pesquisar el lugar donde se alojan los recuerdos del otro con el fin de apoderase de ellos. Neurótica naturaleza que busca anestesiar los sinsabores llevando la negación al extremo de lo no acontecido.

Estudios realizados con propanolol, un beta-bloqueante, aseguran que se puede interferir sobre el modo en que el cerebro almacena la memoria, actuando sobre las huellas mnémicas de los recuerdos. ¿De qué modo? neutralizando los efectos de las hormonas del estrés, que fijan imágenes muy vívidas en las células del cerebro, entonces, bloqueando los neurotransmisores involucrados se debilitan las memorias.

De tal forma se elimina el afecto ligado a los recuerdos, siendo así que se continúa recordando el hecho traumático pero no el sufrimiento que este provoca. Un equipo de Psiquiatras de la Universidad de Cornell en Nueva York sostiene que dicho medicamento puede ayudar a las personas que han vivido situaciones traumáticas.

La controvertida iniciativa pretende aliviar a aquellos que padecen de estrés postraumático interfiriendo sobre el recuerdo cuando éste es recuperado. Así, bloqueando a los neurotransmisores comprometidos en su recuperación se podría quebrar el vínculo entre el recuerdo evocado y el afecto a él asociado.

Entonces, si las memorias son manejables y en especial aquellas dolorosas para el sujeto ¿qué nos impide llevar a cabo cualquier acción si luego podemos borrar el afecto ligado a su recuerdo manejándolo a nuestro antojo? El dilema ético ya está planteado.

“El eterno resplandor de una mente sin recuerdos” y “Misteriosa Obsesión” son dos films que evidencian la pendiente a la que nos conduce la orientación referida: la eliminación de los recuerdos como una suerte de eliminación del trauma. Aunque también nos permiten entrever sus impasses, los límites que la hacen tropezar: la resistencia del sujeto a la eternidad de la certidumbre.

EL SUJETO COMO RESISTENCIA:

En el primero de los films, Joel, un dibujante mediocre, apocado, luego de enterarse que su ex-novia Clementine lo ha borrado para siempre de su vida decide devolver la estocada. Agobiado por la idea de que ella lo ha removido de su mente, con un novedoso procedimiento que utiliza tecnología híbrida para borrar parte de la información almacenada en el cerebro, decide recurrir él también a la Corporación Lacuna y solicitarle al Dr. Howard Mierzwiak, creador de dicho proceso, borrar de su memoria los recuerdos de esa tormentosa relación. El inventor acepta pero hay una condición que cumplir: Joel debe previamente deshacerse de todos los objetos que le recuerden a su amada. En una suerte de duelo programado como anticipo de la borradura de la memoria, él debe dejarla ir.

Un mapa del cerebro es realizado. Joel debe mirar una vez más los objetos que ha recolectado. Así comienza el trazado de la cartografía que busca pesquisar en el cerebro, en esa textura rugosa, las zonas donde se alojan los recuerdos que dichos objetos despiertan, para luego, una vez localizadas, proceder a borrarlas.

El lugar elegido para la eliminación de los recuerdos, un tratamiento “in situ”, será el lecho, la cama, allí donde se deciden los asuntos amorosos. Para ello, un aparato conectado a una computadora portátil, iniciará el proceso una vez que nuestro paciente se haya deshecho de todos esos objetos que la rememoren y se haya dispuesto a dormir no sin antes ingerir una píldora que le ha sido recetada.

Pero, en medio de dicho procedimiento, algo no esperado acontece: Joel redescubre su amor por Clementine e intenta desesperadamente detener el proceso a través del manejo a voluntad de sus memorias. Joel cae en la cuenta de que puede perder sus recuerdos y comienza a crear un lugar para él y su amada, un lugar que pueda salvarlos de la eliminación.

El delete computarizado encuentra un límite en la resistencia del sujeto a la eliminación. El sujeto es esa resistencia misma. No nos referimos aquí a la persona, o el yo: lo que se llama sujeto en psicoanálisis es propiamente el tema. El tema del recuerdo resiste aquí a la eliminación.

Es paradójico que justo en el momento en que Howard intenta resituar a Joel en el mapa, previamente trazado, para poder continuar con la eliminación, Mary haga entrar en la escena del film esta cita. Ella una nueva Eloísa, enamorada de su maestro, y no por ello menos rebelde en su amor a Dios, se revuelve contra aquello que ella misma encarna: el resplandor del no recuerdo. Es que ella, quien también se ha sometido a ese procedimiento en búsqueda de la eternidad del resplandor del paraíso, es la encargada en Lacuna de llevar la letra de las citas, el libro de citas, pero también es quien las porta “Benditos sean los que no tienen memoria porque de ellos será el paraíso”.

Por:

María Elena Domínguez, Psicoanalista. Licenciada en Psicología, Universidad de Buenos Aires, Argentina en 1995.