Te quiero o Te Amo?

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A veces nos pasa que terminamos una relación amorosa y que no dio los frutos esperados, ni superó nuestras expectativas o inclusive dolorosa y tormentosa, entonces es normal que tengamos ese sentimiento de “temor”  hacia nuevas relaciones y que nos hace ser más selectivos y críticos con nosotros mismos y los demás para volver a intentarlo y sobre todo dudar sobre si realmente estamos enamorados o no lo estamos y entre el quiero y no quiero de volver a tropezar con la misma piedra generando inseguridad en nosotros mismos.

En algunas ocasiones nuestro estado emocional nos traiciona porque ponemos más peso de un lado de la balanza de nuestros sentimientos y el gran problema es cuando no logramos equilibrar esos sentimientos con la “razón”, y es donde nuestra inteligencia emocional maneja las emociones de forma desorganizada experimentando sentimientos saltados por doquier que no nos permiten establecer el orden que nos hace saber nuestro estatus sentimental.

Entonces viene el hecho de que empezamos de nuevo y la pregunta eterna: ¿cómo saber si estamos enamorados y si esa relación va por buen camino? Y siendo muy sencillo lo convertimos en muy difícil por nuestros temores (completamente razonables).

Tu relación te brinda estabilidad?, te sientes bien a un punto que no quieres que esa persona esté lejos de ti?

He aquí algunas claves que te ayudarán a examinarte si estás enamorado(a) o no:

  • Cuando el verdadero amor toca la puerta de tu corazón deseas que el tiempo sea interminable deseando siempre su compañía para compartir todas tus vivencias diarias y sentir su compañía, su apoyo, su soporte, sus opiniones, o simplemente saber que te impregnas de su olor y que te brinda un ambiente de confianza y seguridad que te rodeará en aquellos momentos donde la persona no pueda estar a tu lado.

  • Pasas luego a sentir deseos de que ambos compartan la misma vida, las mismas vacaciones, antojos , anhelos, quieres, empiezas a conocer sus virtudes y defectos sus fortalezas y debilidades y sin importar que sus defectos sean inclusive los que jamás toleraste y dijiste “no aceptaría”, muy a pesar de ello sientes que lo (a) amas y siempre justiciarás sus acciones o esperarás con esperanza casi segura(o) de que cambiará y cuando ves que no lo hace entonces dices “lo(a) amo así como es pues ya me acostumbré”.

  • Cuando empiezas a querer saber los gustos de esta persona más profundamente y conocer cuáles son sus metas en la vida, sus ilusiones y los deseos de su corazón. Empiezas a querer programar tus anhelos con los suyos e intentar que todo encaje así no veas que encaja o falten piezas tu las pones porque sientes que es una parte de ti y que aunque aun no encuentras su exacto lugar SI EXISTE.

  • Te estremeces con sus llamadas, con su voz, con su presencia, con los pensamientos. Necesitas su aprobación para sentirte seguro (a), tu vida empieza a ser vivida en función de esa persona todos tus actos y todas tus acciones.

unidos

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Luego viene el dilema de que cuando quieres también sientes muchas de estas cosas, pero hay una gran diferencia y notoria entre las dos, y es que lo que acostumbramos a hacer en las relaciones para conquistar al otro ( supuestamente) o para no perderlo, o para ser la pareja que esa persona espera o desea y mantener un ideal  de nosotros ante la otra persona…eso que marca la diferencia se llama “mentir”, es lo que te hará saber cuando quieres o cuando amas, si estás enamorado o no si están enamorados de ti o no lo están.

El fingir que somos quienes NO somos en realidad para que la otra persona no se desilusione, para que nos acepte, para que no se rompa una relación y desequilibrando la balanza entre el amor y la razón y volviendo a tropezar ineludiblemente con la misma piedra.

Decir:  Sí claro vamos! Salgamos!, cuando no deseas o te gustan esas actividades o lugares, fingir hacer el amor cuando en realidad estamos teniendo sexo.  Fingir un orgasmo y no decir que no estás a gusto y explicarle a tu pareja como hacerte sentir bien solo para quedar como heroína y que él no se sienta mal.

Cuando estás enamorado (a) todo brota, todo fluye, todo es real, no hay censuras no se reprime no se contrae no se oculta no se finge.

Querer es desear lo mejor para alguien, lo valoras, lo admiras, lo respetas y en tu balanza emocional pesan más las virtudes que ves buenas en esa persona  y aunque estás a su lado y ves su bondad, aún así la conexión que hace electricidad que sublima tu alma que vibra en tus sentidos, “no existe”. Y dices “ pero qué es el amor si no los hechos? Sino los actos?, estoy a su lado, le apoyo, le valoro, respeto y admiro, a veces hasta siento que no le puedo dejar, entonces al final más valen los hechos. Y no es esto amor?

Lo ideal fuera que esa balanza que son nuestros sentimientos estuviera equilibrada por la teoría y la práctica por lo que sentimos y lo que es racional, sin embargo muy pocas veces ambas se conjugan en una misma oración.

A querer se aprende, pero a amar se nace

Si comparáramos el amor con un juego (aún sabiendo que no lo es. Sólo a manera de metáfora) entonces sabríamos que siempre hay un riesgo de ganar o perder y que sin embargo lo que debemos buscar es la sensación o bienestar de “competir” y que cuando estamos en dicho juego no es válido forzar a jugar a los demás jugadores,  o manipular, acosar.  Únicamente divertirse y compartir. Establecer cada uno sus estrategias y buscar la meta a como de lugar, pero si haces trampa, sientes que en realidad ganaste? Que eres un buen competidor?  Engañas a los demás o te engañas a ti mismo?

De acuerdo con esto Sternberg elaboró una teoría triangular del amor.

En qué grado de amor estas tu?

Relación

Equilibrio de componentes

Actitud posible

Sin amor

Sin pasión, ni intimidad, ni compromiso

“¿quién es? No lo vi”

Encaprichamiento

Pasión, sin intimidad ni compromiso

“sólo quiero estar con él, ya sabes, físicamente”

Cariño

Intimidad, sin pasión ni compromiso

“Es agradable hablar con ella”

Amor romántico

Pasión e intimidad, sin compromiso

“el es para mi, es el mejor, al menos por ahora”

Amor de compañía

Intimidad y compromiso, sin pasión

“es como una hermana, Así seguirá por mucho tiempo”

Amor loco

Compromiso y pasión, sin intimidad

“lo necesito… no puedo dejarlo. Pero tengo que hablar contigo”

Amor vacío

Compromiso, sin pasión ni intimidad

“Aguantaremos, pero solo por los niños”

Amor consumado

Intimidad, pasión y compromiso

“lo quiero, me gusta. Soy suya para siempre”

Ya sabemos que el amor se compone de intimidad, pasión y compromiso. Hay amores que surgen y se desvanecen, hay otros que surgen de las ruinas , y   otros que desde que surgieron no conocieron más que crecer y plofiferarse hasta ser tan fuerte que ya nada lo puede romper.

En todo caso, te pregunto: estas enamorado (a)?.  Despeja todos los adornos y deja el salón de tu corazón vacio, y,, ”sin trampas”, encontrarás la verdadera respuesta. TÚ la tienes.

“Si somos dos almas en un sólo cuerpo y un sólo corazón que late en dos vidas, entonces estamos enamorados”

Por : Tanya Hoepelman